Juguetes artesanales con sello bilbaíno

¿Qué es Palopalú?

La restauradora Rosalía Fernández y la ilustradora Elena Murillo crearon, hace año y medio, esta pequeña empresa dedicada a crear juguetes artesanales fabricados exclusivamente con madera. Los destinos de esta cántabra y esta riojana, ambas de 28 años, se cruzaron en la Universidad del País Vasco donde cursaron la carrera de Bellas Artes. Desde entonces, comparten piso en el barrio bilbaíno de San Francisco. Y, también aquí, tienen su taller. En la calle Cortés, un edificio industrial que alberga a numerosos artistas, es también el lugar de trabajo de Rosalía y Elena. “Nuestro taller es un espacio compartido con unas compañeras que trabajan con cerámica y otro de los espacios es utilizado por una pintora”, explica Rosalía. En realidad, todas ellas se conocen desde su etapa universitaria.

Rosalía y Elena en su taller ubicado en el barrio bilbaíno de San Francisco

Rosalía y Elena en su taller ubicado en el barrio bilbaíno de San Francisco

A mi pregunta de qué tiene Bilbao La Vieja que no tiene (o le sobra) al resto de la villa, Elena responde que es un barrio al que le tienen mucho cariño y donde todavía es posible encontrar edificios industriales como el que alberga su taller. “El alquiler que pagamos es bajo y además podemos hacer ruido sin necesidad de insonorizar el local”, apostilla Rosalía al respecto. Además, en este edificio abundan los oficios de toda la vida como el de carpintero (hay tres en el bloque), de lo que ellas se benefician cuando necesitan alguna herramienta o algún consejo para desarrollar su trabajo.

 

Su taller es un espacio compartido con otros artistas

Su taller es un espacio compartido con otros artistas

Juguetes naturales

En Palopalú, la madera y la creatividad de sus fundadoras forman un tándem perfecto. Sólo trabajan con este material porque es un producto natural que además contribuye a la estimulación sensorial de los niños. “Los juguetes de madera tienen un montón de texturas diferentes que el niño irá descubriendo y experimentando”, explica emocionada Elena. Además, me congratula descubrir que todavía quedan algunas románticas como yo porque Elena y Rosalía consiguen evocar tiempos pasados con sus juguetes artesanales. “La madera es material de toda la vida que puede pasar de generación en generación y no como ocurre con los juguetes de plástico de hoy en día que no duran nada”, defiende Rosalía.

 

Personas con necesidades especiales: una potencial clientela para las chicas de Palopalú

Además de fabricar rompecabezas, memories, encajables, tangrams… las chicas de Palopalú están recibiendo encargos para personas de la tercera edad. “Estamos empezando a hacer puzzles para ellos con el objetivo de que entrenen su memoria”, comenta Elena. Serán un producto exitoso porque escasean puzzles que no contengan una temática infantil.

Rosalía y Elena viven rodeadas de psicólogos porque la mayoría de sus amigos lo son. Ellos desempeñan un papel fundamental en descubrirles las numerosas finalidades pedagógicas que puede llegar a tener los juguetes de madera. De hecho, ahora están trabajando en cómo darle forma a un juego para combatir el acoso escolar. “Todo el rato consiste en prueba – error, prueba – error”, comenta Elena al respecto. Hasta acertar.

Y de aciertos, estas jóvenes saben un rato. Porque, dentro de su línea de decoración, sus lámparas de diseño y puzzles personalizados a partir de una fotografía son regalos habituales en Navidades o días señalados. Además, fuera de nuestras fronteras, han sabido valorar la personalidad que desprende su negocio y, hace pocos días, han recibido un encargo de una tienda de Inglaterra donde quieren comercializar uno de sus productos: el Memory Geometric.

“La idea es estar innovando cada cierto tiempo”, dice Rosalía quien reconoce que lo hacen por propia salud mental porque le resulta “aburrido” estar haciendo los mismos juguetes todo el rato. Esto rema a su favor porque sólo hacen unas cuantas unidades de cada diseño. Todos ellos están en su web palopalu.com y también algunos de sus productos se venden en el Museo Würth de la Rioja o en Malmö Gallery Store en Bilbao.

Palopalú y el engranaje perfecto que forman sus fundadoras promete seguir dando mucho que hablar en cuanto a juguetes artesanales se refiere. Su marca, con la “u” cerrada del final es un homenaje a la tierra de Rosalía, y, Bilbao, el escenario perfecto desde el que dar forma al sueño de estas emprendedoras.

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