Hiperregalar convierte a nuestros hijos en niños frustrados

Hiperregalar” es el término que se ha acuñado para referirse al exceso de regalos con los que obsequiamos a las personas. Las Navidades están a la vuelta de la esquina y, con ellas, un consumismo desmedido. Tanto es así que el exceso de juguetes convierte a nuestros pequeños en niños frustrados y carentes de imaginación.

El Síndrome del Niño Hiperregalado

Para quienes tenéis hijos o niños en la familia a los que obsequiar, estas fechas se convierten en días muy especiales pero, también, acaban siendo un auténtico quebradero de cabeza.

Para evitarlo, es oportuno recalcar que la tendencia consumista que se apodera de nosotros en estas fiestas no es beneficiosa para los pequeños. Al recibir tantos regalos, acaban por no valorar lo que tienen.

La creencia de muchos padres y madres de que es posible suplir el tiempo que no pasan con sus hijos a base de regalos acarrea muchas consecuencias negativas para el desarrollo emocional de los niños. Esto constituye una tendencia muy peligrosa que se conoce con el nombre de “Síndrome del Niño Hiperregalado”.

Obviamente los regalos y juguetes son imprescindibles en la vida de los críos pero nunca deben ser concebidos como sustitutos de la atención de los padres. De ser así, estos niños se convertirán en adolescentes y adultos con baja tolerancia a la frustración.

Además, al recibir tantos regalos, los chavales acaban por no disfrutar de ninguno en especial y acaban desarrollando una gran apatía porque pierden la ilusión que implica normalmente recibir un regalo. Esta tendencia de los progenitores a hiperregalar fomenta en los niños actitudes consumistas y egoístas.

Hiperregalar

¿Cómo elegir los juguetes que los niños realmente necesitan?

Al regalar juguetes a los niños hay que tener en cuenta que el “mejor juguete” no es necesariamente el “más caro” sino que se debe elegir aquél que esté adaptado a su edad y que les pueda ayudar así en su crecimiento.

Como ya hemos dicho conviene no excederse en el número de regalos. De hecho, existe “la regla de los cuatro regalos”. El primero de ellos debe poder usarse. Por ello, las prendas de ropa o los zapatos deben tener su hueco debajo del árbol de Navidad. Otro de los regalos tendría que ver con la lectura y, un tercero, debe ser aquel juguete que nuestros pequeños deseen mucho. Y, por último, ¡un regalo de cualquier naturaleza que realmente necesite!

Y, sobre todo, no os olvidéis como padres y madres de la importancia de regalarles “tiempo” a vuestros chiquirritines. Es, sin duda, el obsequio más valioso que podéis hacerles. ¡Felices fiestas!

 

 

 

 

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