La elección del juego infantil no es baladí

¿A qué jugamos?

Como padres y educadores, nuestra misión será encauzar toda la actividad desbordante que poseen los niños y niñas. Una buena forma de hacerlo es, cómo no, a través del juego. Para la elección del mismo, los adultos deberemos tener en cuenta múltiples variables:

  • La edad: los juegos deben estar adaptados al nivel de desarrollo de los participantes. Por este motivo, no pueden ser demasiado fáciles porque carecerían de estimulación para los más pequeños pero tampoco muy difíciles porque les acabaría frustrando.
  • El número: habrá que decidir si el juego va a ser individual, por parejas, en pequeños o en grandes grupos…
  • Contexto: no jugaremos a juegos de navidad en pleno mes de junio.
  • Objetivos que pretendemos conseguir: del ámbito motor, cognitivo o afectivo.
  • Los recursos necesarios: materiales, espacio y tiempo disponibles.

Tipos de juegos

Algunos tipos de juegos resultan especialmente interesantes por su utilidad en el proceso educativo así como por su éxito entre los más pequeños. A continuación, analizamos en qué consisten.

  • La cesta de los tesoros es una actividad que consiste en situar en el suelo un cesto lleno de objetos que se puedan encontrar en casa de manera que los niños y niñas puedan acceder fácilmente a ellos y explorarlos sensorialmente. Con este juego se trabaja la capacidad de coordinación ojo-mano-boca, se estimula la auditiva, visual, olfativa, táctil así como la capacidad gustativa, se favorece el conocimiento de los objetos del entorno de los niños y niñas ofreciéndoles la posibilidad de aprender por sí solos. Además, es un juego que les ayuda a estructurar el pensamiento y a aumentar su capacidad de concentración. La cesta de los tesoros se puede empezar a realizar cuando los pequeños sean ya capaces de permanecer sentados durante un cierto tiempo (hacia los 5 ó 6 meses de vida) y es recomendable dejar de proponerla cuando empiezan a caminar.

 

  • El juego heurístico consiste en aprender a través de la exploración. La edad de práctica de este tipo de juego es de 12 a 24 meses y consiste en poner a disposición del grupo de niños (hasta ocho participantes del mismo grupo de edad) una gran cantidad de materiales diversos que ellos pueden explorar, mover, oler, tocar… La segunda parte del juego consiste en adquirir el hábito de recoger todos esos objetos que han desordenado. Con este juego los más pequeños aprenden también conceptos básicos como dentro-fuera, lleno-vacío, grande-pequeño…

 

  • El juego psicomotor es el predominante en los primeros seis años de vida. Estos “juegos de movimiento” son los que ayudan al pequeño a tomar conciencia de su esquema corporal y a relacionarlo con el entorno. Son muchos los aspectos que se trabajan con el juego psicomotor (la percepción, la coordinación, el esquema corporal y su expresión…). Los juegos de llenar y vaciar, las construcciones y destrucciones de montones, el juego de lanzar objetos que después les son devueltos o los “juegos de persecución” conforman, entre otros, esta tipología de juego.

 

  • Se denomina “juego educativo” o “juego didáctico” al tipo de juego diseñado por Decroly para la Etapa de Educación Infantil. Este autor presentaba sus actividades en forma de juego para despertar el interés de los niños y niñas y debe ser propuesto por un adulto con una clara intención didáctica. Deben realizarse de forma individual. Este tipo de juegos favorecen el desarrollo de habilidades como la atención, la memoria o la comprensión así como de conocimientos. Suelen ser juegos de interior y se juegan sentados junto a la mesa con materiales sencillos y ligeros.

 

  • El juego competitivo y el juego cooperativo. En el primero, unos jugadores compiten contra otros para conseguir una finalidad. Al estar excesivamente orientados a la victoria, se coloca a los niños y niñas en esa situación en la que sentirse aceptados dependen de si ganan o pierden lo que les provoca unos altos niveles de angustia. Por ello, no son recomendables en edades tempranas. Por el contrario, en el “juego cooperativo” todo el grupo trabaja para conseguir un objetivo común y, se juega, por el simple placer de jugar. La finalidad consiste en superarse a sí mismo y no a los demás y es un tipo de juego que debe estar dentro de las propuestas de juegos, al menos, hasta los 11 años de edad.

 

  • El juego tradicional y el juego multicultural. El juego tradicional es aquel que es característico de una zona geográfica determinada. La lucha canaria, la pelota vasca, la soga tira son algunos ejemplos de juegos tradicionales que se caracterizan por su capacidad integradora. Para evitar que estos juegos que se transmiten de generación en generación desaparezcan debido a las actuales condiciones sociales, en los colegios procuran promoverlos adaptándolos a los valores actuales. Por otro lado, están los juegos multiculturales que son juegos tradicionales de otras culturas. Su práctica fomenta la interculturalidad y el respeto a la diversidad y nos aporta nuevos esquemas sobre el juego infantil.

¡Tenlo en cuenta!

Los juegos en la red merecen una mención aparte porque hay que tener muy en cuenta que el ordenador no debe convertirse nunca en el sustituto de un compañero o de otro tipo de juego. Como ya hemos dicho, el juego favorece el desarrollo del niño y por lo tanto no se ha de descartar, de entrada, ningún material que se ponga a su disposición pero el uso de ordenadores siempre deberá estar controlado por una persona adulta.

Las consolas

El uso de videoconsolas no se debería proponer antes de los 4 ó 5 años y, siempre, con restricciones tanto de tiempo como de tipo de juego porque algunos juegos de lucha, violencia o guerra no son recomendables. La carga extraordinaria de violencia es una de las desventajas de estos soportes. Aunque, si bien es cierto que a priori no les otorga una gran utilidad formativa, las consolas sí que contribuyen a desarrollar ciertas habilidades motoras y de reflejos y tampoco se puede subestimar su aportación en aspectos como la intuición para la resolución de problemas.

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