La elección del juego infantil no es baladí

¿A qué jugamos?

Como padres y educadores, nuestra misión será encauzar toda la actividad desbordante que poseen los niños y niñas. Una buena forma de hacerlo es, cómo no, a través del juego. Para la elección del mismo, los adultos deberemos tener en cuenta múltiples variables:

  • La edad: los juegos deben estar adaptados al nivel de desarrollo de los participantes. Por este motivo, no pueden ser demasiado fáciles porque carecerían de estimulación para los más pequeños pero tampoco muy difíciles porque les acabaría frustrando.
  • El número: habrá que decidir si el juego va a ser individual, por parejas, en pequeños o en grandes grupos…
  • Contexto: no jugaremos a juegos de navidad en pleno mes de junio.
  • Objetivos que pretendemos conseguir: del ámbito motor, cognitivo o afectivo.
  • Los recursos necesarios: materiales, espacio y tiempo disponibles.

Tipos de juegos

Algunos tipos de juegos resultan especialmente interesantes por su utilidad en el proceso educativo así como por su éxito entre los más pequeños. A continuación, analizamos en qué consisten.

  • La cesta de los tesoros es una actividad que consiste en situar en el suelo un cesto lleno de objetos que se puedan encontrar en casa de manera que los niños y niñas puedan acceder fácilmente a ellos y explorarlos sensorialmente. Con este juego se trabaja la capacidad de coordinación ojo-mano-boca, se estimula la auditiva, visual, olfativa, táctil así como la capacidad gustativa, se favorece el conocimiento de los objetos del entorno de los niños y niñas ofreciéndoles la posibilidad de aprender por sí solos. Además, es un juego que les ayuda a estructurar el pensamiento y a aumentar su capacidad de concentración. La cesta de los tesoros se puede empezar a realizar cuando los pequeños sean ya capaces de permanecer sentados durante un cierto tiempo (hacia los 5 ó 6 meses de vida) y es recomendable dejar de proponerla cuando empiezan a caminar.

 

  • El juego heurístico consiste en aprender a través de la exploración. La edad de práctica de este tipo de juego es de 12 a 24 meses y consiste en poner a disposición del grupo de niños (hasta ocho participantes del mismo grupo de edad) una gran cantidad de materiales diversos que ellos pueden explorar, mover, oler, tocar… La segunda parte del juego consiste en adquirir el hábito de recoger todos esos objetos que han desordenado. Con este juego los más pequeños aprenden también conceptos básicos como dentro-fuera, lleno-vacío, grande-pequeño…

 

  • El juego psicomotor es el predominante en los primeros seis años de vida. Estos “juegos de movimiento” son los que ayudan al pequeño a tomar conciencia de su esquema corporal y a relacionarlo con el entorno. Son muchos los aspectos que se trabajan con el juego psicomotor (la percepción, la coordinación, el esquema corporal y su expresión…). Los juegos de llenar y vaciar, las construcciones y destrucciones de montones, el juego de lanzar objetos que después les son devueltos o los “juegos de persecución” conforman, entre otros, esta tipología de juego.

 

  • Se denomina “juego educativo” o “juego didáctico” al tipo de juego diseñado por Decroly para la Etapa de Educación Infantil. Este autor presentaba sus actividades en forma de juego para despertar el interés de los niños y niñas y debe ser propuesto por un adulto con una clara intención didáctica. Deben realizarse de forma individual. Este tipo de juegos favorecen el desarrollo de habilidades como la atención, la memoria o la comprensión así como de conocimientos. Suelen ser juegos de interior y se juegan sentados junto a la mesa con materiales sencillos y ligeros.

 

  • El juego competitivo y el juego cooperativo. En el primero, unos jugadores compiten contra otros para conseguir una finalidad. Al estar excesivamente orientados a la victoria, se coloca a los niños y niñas en esa situación en la que sentirse aceptados dependen de si ganan o pierden lo que les provoca unos altos niveles de angustia. Por ello, no son recomendables en edades tempranas. Por el contrario, en el “juego cooperativo” todo el grupo trabaja para conseguir un objetivo común y, se juega, por el simple placer de jugar. La finalidad consiste en superarse a sí mismo y no a los demás y es un tipo de juego que debe estar dentro de las propuestas de juegos, al menos, hasta los 11 años de edad.

 

  • El juego tradicional y el juego multicultural. El juego tradicional es aquel que es característico de una zona geográfica determinada. La lucha canaria, la pelota vasca, la soga tira son algunos ejemplos de juegos tradicionales que se caracterizan por su capacidad integradora. Para evitar que estos juegos que se transmiten de generación en generación desaparezcan debido a las actuales condiciones sociales, en los colegios procuran promoverlos adaptándolos a los valores actuales. Por otro lado, están los juegos multiculturales que son juegos tradicionales de otras culturas. Su práctica fomenta la interculturalidad y el respeto a la diversidad y nos aporta nuevos esquemas sobre el juego infantil.

¡Tenlo en cuenta!

Los juegos en la red merecen una mención aparte porque hay que tener muy en cuenta que el ordenador no debe convertirse nunca en el sustituto de un compañero o de otro tipo de juego. Como ya hemos dicho, el juego favorece el desarrollo del niño y por lo tanto no se ha de descartar, de entrada, ningún material que se ponga a su disposición pero el uso de ordenadores siempre deberá estar controlado por una persona adulta.

Las consolas

El uso de videoconsolas no se debería proponer antes de los 4 ó 5 años y, siempre, con restricciones tanto de tiempo como de tipo de juego porque algunos juegos de lucha, violencia o guerra no son recomendables. La carga extraordinaria de violencia es una de las desventajas de estos soportes. Aunque, si bien es cierto que a priori no les otorga una gran utilidad formativa, las consolas sí que contribuyen a desarrollar ciertas habilidades motoras y de reflejos y tampoco se puede subestimar su aportación en aspectos como la intuición para la resolución de problemas.

La estimulación temprana: una oportunidad para los niños del siglo XXI

La cafetería del bilbaíno Hotel Indautxu es el escenario elegido por Esther Artola para reunirse conmigo y charlar sobre el tema que, hoy, abordaremos en el blog: la estimulación temprana.

Esther Artola, Coordinadora del Segundo Ciclo de Infantil del Colegio Pureza de María de Bilbao, lleva diez años poniendo en práctica el programa de estimulación temprana. El Colegio Montserrat de Barcelona es el referente del que beben otros centros educativos en lo que a “estimulación temprana” se refiere. Con treinta y pico largos años de experiencia profesional, Esther reconoce que estaba muy contenta con la metodología de enseñanza que aplicaban. “Siempre somos reacios a los cambios porque es más cómodo no salir de la zona de confort pero, tras estos diez años, debo reconocer que el cambio ha sido muy positivo”, admite Esther. En su opinión, los niños motivados son mucho más felices porque, al ser conscientes de la realidad en la que viven, van a cambiar, cada uno desde su edad, aquellos aspectos que no le gusten de ella.

Qué favorece la estimulación temprana

La estimulación temprana persigue desarrollar y potenciar las funciones del cerebro del bebé. No hay que confundir este término con el de “Atención Temprana” porque, en el primero de los casos, los niños no presentan necesariamente trastornos en su desarrollo. “La estimulación temprana es una forma de orientación del potencial y de las capacidades de los más pequeños”, explica Esther. Para ella, la estimulación temprana está intrínsecamente relacionada con dos palabras: “prevención” y “oportunidad”. “Prevención” porque la estimulación temprana permite prevenir posibles dificultades en aprendizajes posteriores y, “oportunidad”, porque les va a permitir a los niños y niñas rendir al máximo a la hora de desarrollar todas sus estrategias de pensamiento.

“Partimos de la certeza de que cada alumno es inteligente y de que, de las oportunidades que le ofrezcamos, va a depender que pueda desarrollar sus múltiples inteligencias”, comenta Esther a este respecto. Por ello, los adultos deben adaptarse a las inteligencias del niño o la niña presentándole las actividades adecuadas que fortalezcan su iniciativa, aprendizaje y autoestima.

Cuándo podemos estimular al bebé

“El bebé no nace siendo un lienzo en blanco sino que ya en el vientre de su madre ha recibido estímulos, tanto positivos como negativos”, dice Esther. De hecho, se debe comenzar con la estimulación temprana cuando la criatura aún no ha nacido. Los padres son las personas más adecuadas para ofrecer las actividades de estimulación que el bebé necesita. “La voz de la madre va a prevalecer, por ejemplo, sobre todo el ruido que se genera en una manifestación o por el que emiten numerosos coches tocando el claxon”, explica Esther. Por este motivo, los padres son las personas más significativas para el bebé y el ejercicio que deben hacer para favorecer dicha estimulación temprana es, sencillamente, estar con él. “Ponerle música durante el embarazo y tocarle, hablarle o cantarle una vez ha nacido favorece la estimulación sensorial”, comenta entusiasmada la profesora.

Qué juegos favorecen la estimulación

Si los padres optan por la estimulación temprana, deben ser conscientes de que tendrán que dedicarle un tiempo al día para favorecerla. A la pregunta de muchos padres sobre qué deberes ponerles a sus hijos durante el verano, Esther les responde tajante que no les compren los clásicos cuadernos de Rubio, sino que jueguen con ellos a las cartas, al parchís, al ajedrez…

También les aconseja que les proporcionen todo tipo de materiales manipulativos. “A los niños les encanta crear cosas con todas las piezas de las que disponen llegando a hacer auténticas virguerías”, dice la experta. Los clásicos coches de bomberos les resultan ya aburridos a los más pequeños porque, según Esther, una vez que ven su color y escuchan el sonido que emite su sirena, pierden su interés.

La edad

Como hemos comentado, cuanto antes comencemos con la estimulación temprana, mejor. “El tiempo para proporcionar a los niños y niñas los estímulos adecuados es muy corto y, el trabajo no realizado antes de los seis años, no podrá hacerse traspasada esta franja de edad”, apostilla Esther.

En qué se basa la estimulación temprana

Sobre todo, se basa en la repetición. Los docentes emplean los “bits de inteligencia” que, a menudo, están informatizados. “Son tarjetas de información fácilmente reconocibles para los pequeños y se caracterizan por tener mucho colorido y por su gran tamaño”, explica Esther. Esta información visual y auditiva se muestra de forma escueta y rápida tres veces al día. Esther comenta que tienen que pasar, al menos, dos horas y media de una muestra a otra por lo que, en su colegio, les enseñan las tarjetas de información al comenzar la mañana, después del recreo y a primera hora de la tarde.

Esta repetición sistemática y secuencial hará que los pequeños interioricen conceptos de lo más diversos. Esther cita un ejemplo esclarecedor a este respecto. “Al niño le va a motivar esa repetición de tal forma que será capaz de ir por la calle y, al ver un perro, no dirá “mira un guau guau”, si no que le llamará por su raza”.

Una estimulación temprana integral

La estimulación temprana debe ser tanto intelectual como emocional como física. Esther recalca lo importante que es que el niño o la niña conozca todas las posibilidades de su cuerpo. Para ello, en su colegio, disponen de un circuito destinado a favorecer la estimulación física temprana. Los niños y niñas lo realizan en un horario concreto y lo inician con el gateo y el arrastre, continúan con el salto, el equilibrio, realizan un esprint y, una vez que su cuerpo está ya entrenado, pasan a la escalera de braquiación. “Este entrenamiento va a favorecer un mayor desarrollo de los pulmones lo que implica la llegada de más oxígeno al cerebro”, explica Esther a este respecto.

Diez años después de su apuesta por la estimulación temprana, el Colegio Pureza de María de Bilbao se ha convertido en un referente en la materia. Esther comenta orgullosa que la mejor evaluación posible es la que hacen los padres que llegan a “asustarse” tanto con los avances de sus hijos que incluso dudan de si son “superdotados”. “Al preguntarles a sus hijos qué han hecho en clase, estos no saben qué responder porque han hecho tanto que no saben qué”, dice Esther. Los conocimientos adquiridos serán visibles en la vida diaria de estos niños y niñas.

 

La maternidad vista por una «primeriza»

A continuación, os muestro la conversación que he mantenido con una de mis amigas sobre la maternidad y cómo la afrontan las madres primerizas.

 

Mi amiga Aizeti es impuntual por naturaleza pero, ahora, excusa su demora con que Alaia sigue durmiendo y le da pena despertarla. Amenizo la espera tomando un café en la terraza del Hotel Ercilla de Bilbao que se encuentra próximo a su domicilio. Con 40 minutos de retraso, aparece radiante mientras empuja con soltura el carrito de Alaia. Ambas me miran con cara de culpabilidad pero Aizeti me saluda diciendo que mi corte de pelo es tan arriesgado que ella no podría permitírselo pero que, a mí, no me puede quedar mejor. Alaia reafirma la observación de su amatxu con una sonrisa y ya, ambas, obtienen mi perdón.

Embarazo y parto idílicos

Mientras Alaia juega con su mordedor y nos observa desde su carrito, Aizeti y yo comenzamos la entrevista que deja de serlo enseguida para convertirse en una charla entre amigas. Yo, que con la misma edad de Aizeti (29 años) no contemplo ni por asomo la idea de ser madre (y lo veo casi como una locura innecesaria… jaja), la escucho atenta relatar los pormenores de la maternidad. “Yo siempre he tenido claro que quería tener hijos y ya, desde los dos últimos años, empezamos a contemplar seriamente esta posibilidad», comenta Aizeti satisfecha.

Ella describe su embarazo y su parto como algo idílico donde no sufrió la clásica revolución hormonal de la que todo el mundo habla. Aizeti no tuvo ningún indicio de que se había quedado embarazada hasta la sexta semana de gestación. “El día antes de enterarme, me tomé un mojito que me sentó súper bien”, recuerda Aizeti mientras se le dibuja una sonrisa en la cara que esconde también un cierto rubor por si esa “copichuela” podría haber afectado al feto.

Pero nada más lejos de la realidad y, tal vez, ese mojito fue el “responsable” de que para ella el embarazo y el parto no fueran nada dificultosos. “Lo único que me afectó y fue la única vez que lloré después del parto fue porque me vi los pies hinchados porque en el embarazo no los había tenido así”, comenta risueña Aizeti.

La martenidad por Aizeti y Alaia

Aizeti y Alaia descansan tras las doce horas que duró el parto

El pediatra; el mejor guía para las madres primerizas

Entre risas, comentamos algunos de los consejos que dan nuestras abuelas y madres y que ya se han quedado obsoletos. “La primera noche que Alaia empezó a llorar y la cogí en brazos, mi abuela y mi ama me espetaron que, así, la iba a malcriar”, relata Aizeti. A ella le resultó casi “inhumano” hacerle esto a su bebé y, de hecho, los especialistas desaconsejan estas conductas. Juan Carlos de Marcos, el pediatra de Alaia, asegura que para educar ya hay tiempo y que lo que los bebés necesitan es el apego de sus madres.

Otra de las recomendaciones pone de manifiesto que lo que, tal vez era válido hace años, ya no lo es. “Las madres de mi familia me aconsejaron darle 15 minutos de un pecho y 15 minutos de otro pero mi pediatra me recomienda que vacíe ambos pechos”, dice Aizeti. De hecho, los especialistas aseguran que cambiarle el pecho al bebé antes de que vacíe el primero va en contra de las leyes naturales de la lactancia materna porque la leche final es la que más alimenta y sacia porque tiene más grasa que la del principio.

Alaia nació el 11 de febrero de 2017 en el Hospital de Basurto (Bilbao)

Alaia nació el 11 de febrero de 2017 en el Hospital de Basurto (Bilbao)

La lactancia materna sí supuso, en cambio, un esfuerzo casi heroico para Aizeti que se lamenta de lo mucho que le dolía al principio. Aunque ella consiguió adaptarse comprende perfectamente a las mujeres que, a pesar de la recomendación de los pediatras de dar lactancia materna exclusiva hasta los seis meses, opten finalmente por el biberón.

Madre e hija en una de sus escapadas al campo

Madre e hija en una de sus escapadas al campo

La vida de pareja tras ser padres

Con respecto a cómo cambia la vida de una pareja al ser padres, Aizeti reconoce que para las mujeres este período adaptativo resulta más fácil porque nosotras tenemos nueve meses para “hacernos a la idea” pero ellos se convierten en padres de la noche a la mañana.

Aunque el tiempo que se dedican como pareja se ve mermado porque todo gira en torno a Alaia, Aizeti reconoce que ser padres es mucho más bonito en la práctica que en la teoría. A la par que difícil, claro está. “¡Yo no era consciente de lo que te va a necesitar esa criatura tan pequeña! Estoy las 24 horas del día pegada a ella desde su nacimiento en febrero y me da pánico pensar en el momento en el que empiece a la guardería en septiembre”, reconoce Aizeti con cierta tristeza.

Tanto su marido como ella trabajan desde casa y, en un principio, contemplaron la posibilidad de cuidarla ellos. Pero, al comprobar todo el tiempo que les demanda, sería imposible trabajar al mismo tiempo. “Contemplamos también la posibilidad de contratar a una chica que cuidara de ella pero me resultaría más cruel que otra mujer acunara a Alaia si llora mientras yo estoy en el despacho de al lado”, argumenta Aizeti.

Como toda madre primeriza, sí se ha obsesionado con si su bebé seguía respirando o no lo que les ha robado el sueño más de una noche. En cambio, no ha cometido el error de empeñarse en esterilizar todos los objetos del bebé. No cabe duda de que la higiene es fundamental pero los especialistas advierten de que la ausencia total de bacterias les impide desarrollar sus propias defensas. Aizeti tampoco tiene reparos en que otras personas cojan a su bebé. “Hay que actuar con sentido común y evitar que una persona enferma lo haga pero no aplicar esto a quienes estén sanos”, comenta Aizeti a este respecto.

Alaia y su primera visita a Santander

Alaia y su primera visita a Santander

Fue durante el curso de preparto al que empezó a ir en su vigésima octava semana de gestación, donde Aizeti recibió consejos muy prácticos para el cuidado del bebé. Uno de los que sigue a rajatabla es no empeñarse en que toda la casa esté en silencio cuando el bebé duerme porque, de hacerlo, en adelante cualquier ruido le sobresaltaría y haría más difícil irrumpir la actividad de la casa cuando él duerma.

Como reflexión final, Aizeti asegura que quiere repetir la experiencia de la maternidad y está segura de que, con el segundo hijo, todo será más fácil. “Recuerdo noches específicas con Alaia en las que no dejaba de llorar y, por esos consejos recibidos, no cogerla en brazos. Ahora cambiaría esta conducta por completo y, por supuesto, no la repetiría con un segundo hijo”, afirma tajante Aizeti. Concluida la conversación, mi amiga y yo vamos a darle un paseo a Alaia. El traqueteo del carrito sobre la baldosita de Bilbao nunca falla para dormirla.

Como introducir las verduras en los más pequeños

croquetas de brócoli al horno

Croquetas de brócoli al horno

Hoy traemos un truco para introducir las verduras en los más pequeños, vamos a cocinar unas ricas croquetas de brócoli al horno. Sin harinas refinadas, ni bechamel, ni exceso de grasa. Son ideales para incluir esta verdura en la dieta de los más pequeños de la casa.

El brócoli es un alimento bajo en calorías, aporta 35 kcal por 100 gramos y es rico en vitaminas como la A y la C. El brócoli también es muy rico en calcio.

Además nos aporta fibra y una cantidad de antioxidantes que nos ayudan a frenar los efectos de los radicales libres y prevenir el envejecimiento.

Ingredientes

200 gr brócoli (sin la parte del tallo, solo las flores)

50 gr cebolla

50 gr harina de avena (podemos hacerla nosotros en casa triturando copos de avena)

40 gr queso rallado (el que más os guste, si os estáis cuidando podéis usar uno bajo en calorías)

1 huevo grande

Aceite de oliva virgen extra (para pintar las croquetas)

Sal y pimienta

Elaboración

  1. Lo primero que  vamos a hacer es precalentar el horno a 200 grados
  2. Cocinamos el brócoli en agua hirviendo con sal durante 1 minuto, lo escurrimos y lo picamos muy finito.
  3. Picamos la cebolla también muy fina y la mezclamos con el brócoli.
  4. Mezclamos el brócoli y la cebolla con el resto de ingredientes, la harina, el huevo, la sal y la pimienta y removemos bien para que se mezcle todo.
  5. Formamos las croquetas con las manos húmedas y las ponemos sobre papel de horno en la bandeja.
  6. Las pintamos con un pincel de silicona por encima con el aceite de oliva y horneamos hasta que estén doradas.

Descubre más recetas saludables para niños.

Juguetes artesanales con sello bilbaíno

¿Qué es Palopalú?

La restauradora Rosalía Fernández y la ilustradora Elena Murillo crearon, hace año y medio, esta pequeña empresa dedicada a crear juguetes artesanales fabricados exclusivamente con madera. Los destinos de esta cántabra y esta riojana, ambas de 28 años, se cruzaron en la Universidad del País Vasco donde cursaron la carrera de Bellas Artes. Desde entonces, comparten piso en el barrio bilbaíno de San Francisco. Y, también aquí, tienen su taller. En la calle Cortés, un edificio industrial que alberga a numerosos artistas, es también el lugar de trabajo de Rosalía y Elena. “Nuestro taller es un espacio compartido con unas compañeras que trabajan con cerámica y otro de los espacios es utilizado por una pintora”, explica Rosalía. En realidad, todas ellas se conocen desde su etapa universitaria.

Rosalía y Elena en su taller ubicado en el barrio bilbaíno de San Francisco

Rosalía y Elena en su taller ubicado en el barrio bilbaíno de San Francisco

A mi pregunta de qué tiene Bilbao La Vieja que no tiene (o le sobra) al resto de la villa, Elena responde que es un barrio al que le tienen mucho cariño y donde todavía es posible encontrar edificios industriales como el que alberga su taller. “El alquiler que pagamos es bajo y además podemos hacer ruido sin necesidad de insonorizar el local”, apostilla Rosalía al respecto. Además, en este edificio abundan los oficios de toda la vida como el de carpintero (hay tres en el bloque), de lo que ellas se benefician cuando necesitan alguna herramienta o algún consejo para desarrollar su trabajo.

 

Su taller es un espacio compartido con otros artistas

Su taller es un espacio compartido con otros artistas

Juguetes naturales

En Palopalú, la madera y la creatividad de sus fundadoras forman un tándem perfecto. Sólo trabajan con este material porque es un producto natural que además contribuye a la estimulación sensorial de los niños. “Los juguetes de madera tienen un montón de texturas diferentes que el niño irá descubriendo y experimentando”, explica emocionada Elena. Además, me congratula descubrir que todavía quedan algunas románticas como yo porque Elena y Rosalía consiguen evocar tiempos pasados con sus juguetes artesanales. “La madera es material de toda la vida que puede pasar de generación en generación y no como ocurre con los juguetes de plástico de hoy en día que no duran nada”, defiende Rosalía.

 

Personas con necesidades especiales: una potencial clientela para las chicas de Palopalú

Además de fabricar rompecabezas, memories, encajables, tangrams… las chicas de Palopalú están recibiendo encargos para personas de la tercera edad. “Estamos empezando a hacer puzzles para ellos con el objetivo de que entrenen su memoria”, comenta Elena. Serán un producto exitoso porque escasean puzzles que no contengan una temática infantil.

Rosalía y Elena viven rodeadas de psicólogos porque la mayoría de sus amigos lo son. Ellos desempeñan un papel fundamental en descubrirles las numerosas finalidades pedagógicas que puede llegar a tener los juguetes de madera. De hecho, ahora están trabajando en cómo darle forma a un juego para combatir el acoso escolar. “Todo el rato consiste en prueba – error, prueba – error”, comenta Elena al respecto. Hasta acertar.

Y de aciertos, estas jóvenes saben un rato. Porque, dentro de su línea de decoración, sus lámparas de diseño y puzzles personalizados a partir de una fotografía son regalos habituales en Navidades o días señalados. Además, fuera de nuestras fronteras, han sabido valorar la personalidad que desprende su negocio y, hace pocos días, han recibido un encargo de una tienda de Inglaterra donde quieren comercializar uno de sus productos: el Memory Geometric.

“La idea es estar innovando cada cierto tiempo”, dice Rosalía quien reconoce que lo hacen por propia salud mental porque le resulta “aburrido” estar haciendo los mismos juguetes todo el rato. Esto rema a su favor porque sólo hacen unas cuantas unidades de cada diseño. Todos ellos están en su web palopalu.com y también algunos de sus productos se venden en el Museo Würth de la Rioja o en Malmö Gallery Store en Bilbao.

Palopalú y el engranaje perfecto que forman sus fundadoras promete seguir dando mucho que hablar en cuanto a juguetes artesanales se refiere. Su marca, con la “u” cerrada del final es un homenaje a la tierra de Rosalía, y, Bilbao, el escenario perfecto desde el que dar forma al sueño de estas emprendedoras.

El Ajedrez: la pasión de los hermanos Rodriguez

En la actualidad, el ajedrez es uno de los deportes más practicados. De la mano de los hermanos Rodriguez, electricistas de profesión, pero ajedrecistas por vocación, nos adentramos un poco más en el universo de esta actividad extraescolar que ellos imparten en un colegio vizcaíno.

Hoy me toca recoger a mi primo Jon en el Colegio San Juan de Muskiz. Como todos los jueves, viste esa sudadera blanca que lleva inscrito “Club de ajedrez Santurtzi” en su espalda. Él, a sus diez años, es el encargado de presentarme a Txema, su profesor de ajedrez.

Mientras Jon juega un rato en el patio, aprovecho para charlar con Txema Rodriguez que, junto con su hermano Luis, son los encargados de impartir esta actividad extraescolar en el colegio muskitarra. Lo primero que descubro de estos hermanos es que, los dos, son electricistas de profesión aunque su verdadera pasión es el ajedrez.

Txema, el hermano mayor, fue el encargado de inculcarle a Luis su amor por este deporte que llevan practicando, el primero, desde los 16 años, y Luis desde que tenía nueve.

Monitor base de la Federación Española de Ajedrez, Monitorado de Deporte Escolar… son sólo algunos de los cursos que avalan su profesionalidad en la enseñanza de este deporte. Porque, lo de que el ajedrez es un deporte, no hay quién lo cuestione ya.

La rotundidad con la que Txema contesta a esta pregunta no deja lugar a dudas. “Por supuesto. Sin ningún atisbo de duda. Está muy contrastado por expertos en la materia”, responde Txema. Y, como en todo deporte, es fundamental tener un buen estado físico “porque la partida te consume mucho”, apostilla Luis al respecto.

 

El ajedrez sala de competición

Salón de Juego

Y, de lo que tampoco hay ya duda, es que el ajedrez está de moda, siendo el tercer deporte más practicado. “Tuvo ya una ola de popularidad con el Campeonato Mundial de Ajedrez del 87 en el que se enfrentaron Kaspárov y Kárpov”, recuerda Txema.

Y, en la actualidad, el ajedrez como asignatura es uno de los poquísimos asuntos que concitan el acuerdo unánime de los partidos políticos españoles después de que el Parlamento Europeo instase al Gobierno Español a incluir el ajedrez en el sistema educativo.

Existen numerosas investigaciones que certifican los beneficios de este juego. “El ajedrez estimula la concentración, la empatía, el cálculo matemático y la capacidad lectora”, afirma satisfecho Txema.

Además, favorece la socialización porque es un deporte que lo puede practicar todo el mundo con independencia de su edad o de sus capacidades físicas. “Uno de nuestros alumnos es ciego y sigue compitiendo como el que más”, dice Luis mientras se le dibuja una sonrisa en la boca. Y, ellos mismos, han comprobado la utilidad de este deporte cuando se hicieron adultos.

“Nos ha ayudado en la toma de decisiones. Saber valorar las distintas opciones y saber elegir una de ellas y, sobre todo, nos ha enseñado a apechugar con las consecuencias de esa elección que puede no haber sido la mejor”, reflexiona Txema en voz alta, mientras su hermano Luis asiente con la cabeza.

 

 

El ajedrez Salón de Juego

Salón de Ajedrez

Algunos expertos inciden en que el ajedrez es una actividad de riesgo porque miles de niños quieren llegar a lo más alto y muy pocos lo consiguen.

Los hermanos Rodriguez no van por ese camino porque afirman que siempre que acaba una partida, los adversarios hablan entre sí sobre dónde han fallado, qué es lo que puede mejorar… “y eso no ocurre en otros deportes”, sentencia Txema a este respecto.

La última de las cuestiones que les planteo a los hermanos ajedrecistas es si este juego es masculino por antonomasia. Y su conclusión al respecto es que, cuando llega la pubertad, las niñas lo van dejando porque “a los 13, 14 años surgen otras cosas en su mente”, afirma Txema.

Las investigaciones de Louann Brizendine van en la misma dirección. La doctora estadounidense ha escrito dos libros relacionados con el cerebro y ella afirma que “alcanzada la pubertad los niños se marcan el objetivo de ser los mejores en algo porque la testosterona los hace muy competitivos.

En cambio, a la misma edad, el cerebro de las niñas se llena de progesterona y eso las incita prioritariamente a ampliar sus redes sociales, sus contactos humanos, pero no suelen estar especialmente interesadas a esa edad en ser las mejores en algo”.

Concluida la conversación, salgo al patio donde Jon sigue sudando la camiseta mientras disputan un partido de fútbol. ¿Qué tal te ha ido el día?, le pregunto.

Y Jon responde ufano que muy bien porque ha tenido clase de ajedrez… Y, mientras emprendemos el camino a casa, reflexiono sobre las últimas palabras pronunciadas por Txema antes de despedirnos: “la belleza del ajedrez radica en su grandeza porque tiene tantos beneficios que te va atrapando”.

La equinoterapia; una alternativa que atenúa diversas patologías

Hablamos con Ernesto Maguregui, fundador de la Asociación Rabí – Rasines de Equinoterapia, orientada a tratar diversas patologías tanto en niños como en adultos. A través del contacto con los caballos, muchos de los síntomas de personas con autismo, hiperactivad, etc. pueden ser atenuados siendo así el equipo equino, el mejor terapeuta.

 

Un sol radiante me acompaña en mi camino hasta Arre, la Asociación de Equinoterapia situada en Rasines, un pueblo del interior de Cantabria. Un remanso de paz para los sentidos. Les pregunto a dos vecinas que pasean tranquilamente dónde se encuentra la asociación y ellas, que desconocen el nombre exacto de esta, sí que la relacionan automáticamente con Ernesto. A unos pocos metros, le vislumbro bajo un sombrero de paja que protege su cara en este día primaveral. Entramos en la que pasó de ser su segunda residencia al centro neurálgico de la Asociación Rabí – Rasines de Equinoterapia.

 

Ernesto Maguregui, de 60 años, ha sido un hombre con diversas ocupaciones laborales a lo largo de su vida y, hace ya cuatro años, decidió montar esta asociación con el dinero que obtuvo de la venta de las acciones de su negocio hostelero. “No reniego de mi pasado profesional pero trabajar con los caballos y los chavales es lo que verdaderamente me llena”, apostilla Ernesto. Siempre ha tenido caballos y, al leer sobre la equinoterapia, le entró el gusanillo por este mundo lo que le llevó a obtener el título de Equinoteraputa en la Universidad Autónoma de Barcelona.

Ernesto Maguregui

Equino terapia

Los beneficios de la equinoterapia en el tratamiento de diversas patologías son muchos y Ernesto me cita un ejemplo. “Aquellos niños que carecen de lenguaje, se comunican con gestos con los terapeutas a través del caballo. Para que el caballo ande tiene que mover una mano, para que pare tiene que levantar otra…”, explica entusiasmado. Al final, le estás dotando de un lenguaje.

 

La tonificación muscular es uno de los beneficios más inmediatos. “Cuando va al paso, el caballo realiza un movimiento que te obliga a mover las caderas del mismo modo que lo hacemos cuando caminamos”, comenta Ernesto. De esta forma, se coordinan todos los músculos del cuerpo reduciendo así los patrones de movimiento anormales.

 

A nivel cognitivo, es una terapia que fomenta la atención. De hecho, a los niños con hiperactividad se les asignan caballos más enérgicos para que, esa energía que ellos tienen que estar liberando, sea asumida por el caballo a base de movimiento. Esto permite que los niños y niñas con hiperactividad puedan hablar contigo, centrar la atención y alcancen un estado de relajación.

 

Y, cómo no, una de las grandes ventajas que tiene la equinoterapia es que te permite realizar el tratamiento al aire libre y rodeado de animales. “La inmensa mayoría de la gente está en clínicas, en gabinetes de psicólogos… entre cuatro paredes”, dice Ernesto. Aquí, rodeados de montañas y verdes prados, los chavales con diversas patologías pueden practicar un deporte al igual que las personas convencionales.

 

Campo de Equino terapia

Campo de Equino terapia

Ernesto es el equinoterapeuta y la cabeza visible de esta asociación en la que todas las personas que trabajan (la fisioterapeuta, el terapeuta ocupacional, la psicóloga…) son voluntarios y no cobran ni un euro por la labor que desempeñan. Para Ernesto, uno de los retos a corto plazo es crear dos o tres puestos de trabajo para seguir creciendo. “Hay clientela suficiente pero carecemos de voluntarios para trabajar todos los días”. Además, aspira a seguir trabajando en la difusión de la equinoterapia creando un taller de iniciación a ella. Seguramente, también acaben solicitando una subvención al Ayuntamiento de Rasines. Para ello, deberán exponer por escrito las terapias concretas para cada niño y niña que acuda a la asociación. Y es que, hasta ahora, los usuarios contribuyen económicamente pagando una cuota mensual de diez euros por hacerse socios y, después, abonan 25 euros por cada sesión. El dinero justo para mantener toda la logística que conlleva el mantenimiento de los caballos y de las instalaciones. “Aquellos padres que no pueden pagar nos ayudan a limpiar los prados, a hacer un cerrado o nos dan hierba”, puntualiza Ernesto.

 

Cuando estamos terminando ya la conversación, aparece Ainhoa, una de las dos hijas de Ernesto que cursa la carrera de Magisterio y es también una de las voluntarias de la asociación. Interesada también en el mundo de la equinoterapia es una candidata perfecta para seguir con este proyecto tan noble al que su padre ha decidido dedicarle sus últimos años de trabajo.

 

 

Amara Berri la educación como juego

La ikastola Etorkizuna de Gallarta es uno los veinte centros escolares que conforman el sistema Amara Berri, declarado en 1990 Centro de Innovación Educativa del Gobierno vasco

“Nuestro método educativo se basa en que los alumnos adquieran conocimientos a través del juego y la imitación de la vida de los adultos”. Así resume Amaya Santibáñez, jefa de estudios de la ikastola Etorkizuna de Gallarta, el funcionamiento de este centro que se adhirió al Sistema Amara Berri hace 24 años.

Un ejemplo de cómo funciona es que no hay un libro de texto único sino que son los niños los que buscan la información en la biblioteca. “Los ordenadores son también una herramienta de trabajo para la búsqueda de material”, dice la tutora. Por ello, están integrados en las clases desde el aula de dos años. Fomentar el trabajo en equipo es otra de las particularidades de este proyecto pedagógico.

Los txokos son los ambientes donde se trabajan aspectos específicos de cada área y todas las actividades que se realizan en ellos están orientadas a lograr los objetivos curriculares que exige la legislación educativa. “En el teatro se trabaja la comprensión, en el área de pintura la creatividad, en la casa se desarrolla el nivel afectivo…”. Y ya en los ciclos superiores, las clases de matemáticas se organizan en torno a una tienda y un banco. “Es mucho más agradable y cercano para ellos aproximarse a las matemáticas a través de situaciones reales”. Además, los niños disponen de soportes cada vez más sofisticados para comunicar sus trabajos: un periódico, una emisora de radio y la web son parte de su rutina.

De hecho, Amara Berri surgió de un grupo de profesores convencidos de que lo que se aprende en las aulas debe tener una utilidad social. “Son niños educados en que todo tiene un por qué y un para qué, por lo que tienen el sentido crítico más agudizado”, dice Amaya. Quizá este sea uno de los rasgos que mejor definen a los alumnos de esta ikastola y así se lo han trasladado a esta tutora algunos de los docentes del Instituto Dolores Ibarruri. Por lo demás, son estudiantes que se amoldan perfectamente a la forma de trabajar en la educación secundaria. “Cuando llegué al instituto tenía el mismo nivel de conocimientos que el resto de mis compañeros”, indica Izaskun Villanueva, exalumna de la ikastola Etorkizuna. Actualmente, tiene 29 años y es licenciada por la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad del País Vasco.

El temor de los padres a que sus hijos no se adaptasen a la forma de trabajar del sistema tradicional se ha ido disipando al comprobar cómo las promociones superan la educación secundaria con normalidad. “Los que iban mal en el colegio siguieron yendo mal en el instituto y los que iban bien siguieron en la misma línea”, comenta Izaskun.

“Los críos que terminan aquí ni son más listos ni van a tener mejores notas pero sí van a adquirir más herramientas para desenvolverse en la vida”, dice la jefa de estudios mientras atraviesa un pasillo donde los niños ensayan una obra de teatro.

Cómo hacer de una pasión, tu profesión

Macarena Bilbao, informática de profesión, decidió reinventarse y dedicarse a su verdadera pasión. Crear juguetes y mobiliario infantil es, desde hace siete años, su ocupación.

Todo surgió de manera casual. Con el fin de entretener a sus dos hijos, ideó una cocinita hecha a base de palés y a partir de una mesa de noche prefabricada. Al colgar este invento en su blog personal, comenzó a recibir encargos y, en la actualidad, exporta sus creaciones a 15 países. “Soy Licenciada en Informática y siempre he pensado que era una cabeza cuadrada sin creatividad”, dice Macarena.

Pero nada más lejos de la realidad. Las cocinitas de juguetes hechas a mano se han convertido, sin duda alguna, en su seña de identidad. El período de fabricación de cada una de ellas suele ser de unos siete días y son totalmente ecológicas.

No hay dos cocinitas iguales porque Macarena las adapta al gusto de cada cliente. “Al estar la web tan detallada y con tantas opciones personalizadas, el cliente generalmente sabe lo que quiere”, apostilla Macarena.

Respecto a mi pregunta de cuáles han sido los pedidos más descabellados que le han encargado responde que una cama para los niños y casas de jardín. La imaginación es una facultad muy poderosa y, ella, puede presumir de poseerla.

Contemplar, por ejemplo, la cocinita Biarritz es todo un deleite para los sentidos. De hecho, es su creación más cara y alcanza los 750 euros.

Como complemento para las cocinitas, oferta también cestas de frutas y verduras tejidas en crochet. ¡Toda una declaración de buen gusto!

La mayor parte del tiempo, trabaja sola en su taller al Norte de Tenerife aunque, para la campaña navideña, sí que suele contratar a un carpintero para que la ayude con los numerosos pedidos que recibe.

Macarena, que realizó un Máster de Marketing, sólo vende a través de su web y admite la importancia incuestionable que tienen las redes sociales en la expansión de su negocio. “Casi el 50% de las ventas tienen su origen en redes sociales”, afirma la diseñadora.

No sólo los particulares encargan sus trabajos, sino también establecimientos comerciales y hoteleros. “Recientemente he trabajado para un hotel en Maldivas”, dice Macarena. El sector del lujo también se ha rendido ante sus originales diseños. Además, una cadena de ropa infantil también es otra de sus ilustres clientes. “En cada tienda que abren o reforman instalan una zona de juegos y ponen una de mis cocinitas que personalizo con sus colores corporativos”, cuenta la creadora.

Los pupitres junto con los puestos de frutas y verduras son ahora los productos más demandados. Lo cierto es que, cada una de sus piezas, contribuye a hacer de nuestra casa un verdadero hogar.
Via: Macarena